Benjamines, categoría base en la formación de la fábrica de la EDM

Una mañana cualquiera de sábado es todo un espectáculo. Las gradas a rebosar y los padres y madres que no se cansan de animar a sus hijos. Si encima llueve, el esfuerzo es mayor para niños y parientes. Pero da igual, los entrenamientos durante la semana mantienen a los chicos en forma. Nos vamos a ver a los benjamines, una categoría fundamental, el tronco que une la columna vertebral de la escuela de la Avenida de Guadalajara.
 

Los padres y madres, un ejemplo

"Retirar ese balón, es muy duro y los chicos se van a lesionar", gritaba una madre desde la grada al árbitro del partido entre el equipo A y el C de los benjamines, en su liga particular. "Es una táctica de Santiso para que no metan más goles, pero no me gusta, el espectáculo se deteriora y se pueden hacer daño con el campo mojado", decía Rafa Fernández, el delegado de campo, parapetado bajo un paraguas. El juego de toque, la velocidad y los goles.

Pero también lo físico, imprescindible para estar en forma y rendir sobre el césped. "El método es muy sencillo, entrenamos dos días a la semana y el martes es cuando les ponemos en forma en el aspecto físico para aguantar hasta el partido de los sábados, pero siempre tocamos balón y tiramos a puerta", dice Diego Hervás, entrenador del equipo A, un grupo de chicos que juega como los ángeles.

"La posesión, buscar los huecos y espacios apostando siempre por el juego de equipo con toque corto, saber desplazarse y apoyarse", analiza el técnico, acompañado de su segundo, José Luis Fernández, ambos jugadores de la escuela que hacen las veces de entrenador.

"Hacemos un circuito, bicicleta, autopase, zig-zag, orientar y tirar a puerta; pero lo que más les gusta es jugar los partidos de los jueves, jugar y jugar, no se cansan". Los chicos se fijan en los jugadores de Primera División y muchos tienen claro en qué posición sobre le campo quieren jugar, conocen sus aptitudes y limitaciones.

La mayoría llevan jugando varios años juntos, desde muy niños y se conocen a la perfección. "Alguno niños han llegado nuevos y se han acoplado perfectamente, otros se marchan, no les gusta la dinámica de entrenamientos y se van; pero a los que les gusta siguen y se divierten", dice Diego, que juega en el Juvenil A y que se fija en Mourinho.

"Porque lo controla todo, el juego, la disciplina y hasta la vida privada de los jugadores".

También se identifican con entrenadores de la casa, como Pérez González. "Es un crack, me ha explicado la táctica y muchas cosas importantísimas para el desarrollo del juego" o en Ricardo, el entrenador de porteros. "Ellos no son mejores que vosotros, solo meten el pie y se anticipan", grita un padre desde la grada.

"La verdad es que los padres y las madres no se quejan de nada, tenemos suerte y están contentos con nuestro trabajo, siempre nos apoyan. Se portan muy bien con nosotros y tienen mucho mérito, vienen lloviendo y está muy unidos", dicen los dos jóvenes entrenadores del Benjamín A, encantados con su misión en al EDM.