La visita al Bernabéu cierra con éxito el campus de la EDM

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El III Campus de verano de la Escuela de San Blas fue otro éxito de participación y de organización. Un total de 160 niños disfrutaron del campus de perfeccionamiento de fútbol, donde se impartieron clases técnicas, tácticas, tiros a puerta, conducción de balón, disparos a puerta y de cabeza, además de compaginar diversos juegos, piscina, ajedrez o visitas fuera del recinto de la Avenida de Guadalajara como al Bernabéu, con asistencia de medio centenar de niños apuntados al campus de la EDM.

La visita al Bernabéu cierra con éxito el campus de la EDM

El 80% de los participantes eran niños de la escuela y el resto de fuera, amigos y familiares de muchos de los jugadores, dirigidos por el director del campus, Pérez González, y ayudado por los dos monitores de la escuela, Cristian Gómez y Carlos Santiso, además del apoyo de la Junta Directiva, capitaneados por Rafael Fernández y Francisco Ramírez. Un equipo que se lleva bien, perfectamente acoplado y donde los jugadores se sienten a gusto, con ganas de aprender y de divertirse.

“Muchos niños vienen por tercer año consecutivo y se apuntan todo el mes de julio. Ofrecemos un amplio plan deportivo, pero también con todo incluido: desayuno, bocata, comida y merienda. Nada prefabricado, comida diaria y bien elaborada del bar Supera”, dice Paco Ramírez, director de la instalación.

“Los niños siempre quieren jugar al fútbol, no se cansan, nos hacen corre mucho, pero estamos encantados”, aseguran Cristian y Santiso, almas gemelas de un proyecto de campus diferente, donde prima el buen rollo y las ganas de aprender.

Tras un mes de práctica y teoría, llegó la visita esperada al Bernabéu. Medio centenar de niños se presentaron en dos autocares al tour del estadio del Real Madrid, mucha ilusión y ganas de ver el banquillo, los vestuarios, la sala de trofeos y la tienda merengue. "Este año ha sido muy divertido, con Pérez González haciendo de Mourinho y los dos monitores en plan Karanka", argumentaba Raúl, uno de los niños del campus. "Yo el año que viene no me lo pierdo y les voy a decir a mis padres que cambien sus vacaciones", decía Pablo, otro de los benjamines de una escuela que ya calienta motores para la temporada que está a punto de comenzar.